Por si te equivocas y vuelves, o yo qué sé.

 (Día 56 sin ti.) Sábado 22 de Junio de 2013.

Estábamos equivocados.
Fue un error de los muchos que cometimos durante esas dos semanas- como conocernos, dormir distantemente juntos, curarnos mutuamente y bueno, ya sabes todos los demás-. 
Supongo que nos empeñamos en encontrar una manera de demostrarnos que aquello era imposible, y sin querer, convertimos el imposible en un difícil que dolía aún más.
Entiendo que te asustara pensar en algo que, claramente, era más grande que nosotros. Pero... huir, ¿era esa la solución? 
Aunque bueno, quizás no había razón por la que buscar la solución, si no existía el problema. O si te limitabas a dejarlo- y, por consiguiente, a dejarme-, ya no de lado, sino detrás.
De veras que entiendo por qué lo hiciste, pero... ¡maldita cobardía la tuya!
¡Podrías haber luchado!
¡Podrías haberme dejado luchar o al menos, morir en el intento!
Que sí, que reconozco que era más fácil así... pero es triste dejarnos ir y sinceramente, no sé muy bien si nos hemos o no ahorrado el dolor.
Mantengo la esperanza de que algún día tendrás un motivo para volver o que, si no, el tiempo apagará los recuerdos.
No sé tú, pero yo aún no he logrado darle esquinazo a los sentimientos que se hacían pasar por ti y que no veas cómo escuecen.
A veces me pregunto si debería pedirte que volvieras, porque extraño tus 'va, quédate un poco más, que no tengo sueño', los 'odio que seas tan perfecta' que me hacían sentir perfecta unos míseros segundos, y los escasos 'tengo ganas de que me pegues y después poder besarte' que rescataban días destinados al fracaso. Luego pienso en cómo te fuiste y pierdo las ganas- aunque las ganas que te tengo a ti, prevalecen-. Luego pienso en lo vacía que me siento desde entonces y lo que queda de mi corazón se encoje.
Por lo menos, queda el consuelo de saber que alguna vez fui importante, aunque todo nos saliera tan mal.
Tal vez el mayor error fue prometerte un para siempre, sabiendo que no estaba en mis manos el poder cumplirlo; o quererte demasiado rápido, con extremada fuerza y sin seguir las pautas.


Estábamos rematadamente confundidos.
(Respecto a lo de querernos, ya sabes.)

4 comentarios:

Sonia dijo...

Madre mía... No sabes cuánto te entiendo...
Él decidió desaparecer, hacer como si no hubiese existido, y su fantasma me persiguió... Hasta que hace unos meses decidió volver, dar un giro a mi vida, hacerme volver al pasado. Fue entonces cuando yo decidí irme y dejar de hacerme daño a mí misma con su recuerdo.
Un consejo, no dejes que el recuerdo te persiga, dile basta e intenta que la incertidumbre se vaya poco a poco, si se fue, fue por algo, y tuvo la oportunidad de arreglar las cosas. Hay que dejar que el tiempo pase y, bueno, si es como a mí, que el destino hizo de las suyas, ya os volveréis a encontrar y tomarás la decisión que más de convenga :)
¡Ánimo! ¡Un beso muy muy muuy grande Wendy! <3
http://yanadasercomoantes.blogspot.com.es/

Laura. dijo...

Precioso Wendy...
Te leo tarde, demasiado, pero aún así me encanta hacerlo.
Ojalá escribas pronto, porque seguiré echándote de menos.
Un beso.

Paloma dijo...

¡que bonito!
te acabo de descubir y con el primer texto que leo tuyo me tienes ganada (y leyendote por aquí a partir de ya)
Sin duda cuánta razón en tus palabras y en eso de no saber si nos ahorramos el dolor... a veces duele por igual estar que no estar, pero en fin, tus palabras me retienen por aquí, hasta la próxima ^^ (que espero que sea prontito)

Murm dijo...

Te dejo caer tu nominación para los Liebster Awards (unas nominaciones que tienen como único objetivo impulsar blogs), en mi blog encontrarás los detalles y unas preguntillas.
Abrazos,
Le Murmure

Publicar un comentario