Capítulo 4 ~> ¿Nostalgia? Horribe sentimiento.


Si dos años antes me dicen que mi vida va a dar este giro no me lo hubiese creído, en serio.

Y allí estaba yo, en aquella inmensa ciudad, sin saber qué hacer ni a dónde ir.

Mamá: Tome, llevenos aquí. (Dijo dándole al conductor un papel con una dirección.)
Taxista: De acuerdo, señora. Les aviso de que el viaje es algo largo.
Yo: ¿Cuánto más o menos vamos a tardar?
Mamá: Al rededor de media hora.

¿Qué? ¿Media hora más? ¡Qué desesperación, cuanto viajar!
Mi madre abrió el monedero para sacar la tarjeta de su nuevo jefe, pero se quedó mirando una foto que estaba justo al abrir. Vi como acariciaba la foto y la nostalgia se apoderaba de ella.

Yo: Mamá, ¿echas de menos a papá?
Mamá: ... No... Bueno, algo. Es que todo ha sucedido tan rápido...
Yo: ¿Te arrepientes del divorcio?

Aún me costaba pronunciar esa palabra.

Mamá: Sinceramente no. Pero es una cosa que no dependía solo de mí. Creímos que era lo mejor y yo lo sigo creyendo.
Yo: Pero dices que le echas de menos.
Mamá: Sí, pero no le extraño de esa manera. He pasado 18 años de mi vida con él. Llevamos menos de un mes alejados el uno del otro.
Yo: Ojalá todo pudiera volver a ser como antes.
Mamá: Sí Marina, ojalá.
Yo: Mamá, ¿y es por eso por lo que te has querido venir aquí? ¿Para alejarte de papá y que todo esto no sea tan duro para ninguno de nosotros?
Mamá: Bueno, emmm... El empleo era muy bueno, y según dicen el baile ayuda a olvidar.
(Dijo guiñándome un ojo.)

Le sonreí.

Justamente 24 minutos depués llegamos a nuestro destino. Me asomé por la ventanilla y pude ver enormes edificios y decenas de árboles que se encontraban en todas las calles de la ciudad, barrio, pueblo, municipio, distrito o dondequiera que estubiéramos.
Cuando el taxi se detuvo me bajé dando pequeños saltos y observando el lugar en el que nos hayábamos. No tenía nada que ver con mi antiguo pueblo. Se veía mucha gente por la calle y a más de veinte personas sentadas en terrazas de numerosas cafeterías conversando y pasando buenos ratos. Antes nosotros éramos así, salíamos todos los findes de semana a comer, a cenar, a pasear, a ver nuevos lugares... Hacíamos las cosas típicas que hacía una familia, lo más triste era que ya no podríamos volver a hacerlo. Ya no éramos una familia, sinceramente ya no sabía ni qué éramos. Suponía que me acabaría acostumbrando a mi nueva vida. Pero me costaba imaginar cómo serían ahora las cosas.

Este es más corto pero tenía que ser así para que los demás puedan ir bien. :) COMENTAD.

No hay comentarios:

Publicar un comentario