Capítulo 18 ~> ¿Quieres sinceridad?

Una sonrisa familiar y unos ojos extraordinarios me observaban, acercándose a mí.

Yo: ¡Sergio!
Sergio: Sí, soy yo.
Yo: ¿Qué haces aquí?
Sergio: Se me ha olvidado el móvil y he venido a por él, pero he visto algo que me ha interesado algo más.

Me sonrojé y bajé la cabeza.

Sergio: Eeeeh, pero no tiene por qué darte vergüenza, lo haces genial.

Levanté la cabeza y le miré a los ojos.

Yo: ¿En serio?
Sergio: ¿Me ves con cara de decirlo de broma?
Yo: ¿Quieres sinceridad? (Dije con una sonrisa.)
Sergio me sonrió, y yo me senté en la orilla del escenario. Él se acercó y se sentó a mi lado.
Sergio: ¿Desde cuándo bailas?
Yo: Desde los cinco años.
Sergio: ¡Con razón lo haces tan bien!

Sonreí tímidamente y le comenté lo de la lesión y todo lo que me habían dicho los médicos.

Sergio: ¿Y cuanto hace que  has vuelto a la danza?
Yo: Pues… Es la primera vez.
Sergio: ¿La primera? (Asentí.) ¿No has hecho ni un solo relevé en todo este tiempo?
Yo: No. Mi propósito era dejar de bailar. Para siempre.
Sergio: Pero no debes hacer eso. Te he visto mientras bailabas y se nota que te encanta.
Yo: ¿Sí?
Sergio: Mucho.

Sonreí, mientras él me miraba atentamente.

Yo: Gracias.
Sergio: ¿Gracias por qué?
Yo: Por estar aquí hablando conmigo. Por poder contarte esto.
Sergio: ¿Nunca se lo has contado a nadie?

Negué con la cabeza.

Sergio: Entonces, he de sentirme afortunado. (Dijo sonriendo.)
Yo: ¿Y tú qué haces aquí?
Sergio: Pues mi madre es una amante del baile, y como regalo de cumpleaños, mi hermana y yo le hemos comprado una entrada para ver la actuación de hoy. Y hemos venido los tres.
Yo: ¡Qué majos!
Sergio: Sí. Estaba súper contenta y le ha encantado la actuación.
Yo: Normal, ha sido preciosa.
Sergio: Mucho.
Yo: Bueno, será mejor que me vaya. Mi hermana está esperándome en la calle. (Dije levantándome.)
Sergio: Te acompaño.
Yo: Gracias.

Se levantó del suelo y ambos salimos del escenario, de camino a la calle. Llegamos inmediatamente a la puerta. Diana seguía allí.

Yo: Bueno, me ha encantado hablar contigo.
Sergio: Lo mismo digo. Ya nos veremos.
Yo: Adiós.
Sergio: Hasta pronto.

Me acerqué a Diana que me miraba con cara rara.

Diana: ¿Qué? ¿Ya te has cansado de Álex?
Yo: ¿Qué?
Diana: Sabes lo que digo.
Yo: No, no lo sé.
Diana: Ya…
Yo: ¿Pero a ti qué te pasa?

De repente llegó mi madre, interrumpiendo nuestra conversación.

Mamá: ¿Qué pasa? (Dijo notando el ambiente tenso.)
Yo: Nada.
Mamá: ¿Seguro?
Yo: Que sí, mamá.
Mamá: Bueno, ¿nos vamos?
Yo: Pues vámonos, no hacemos nada aquí.

Montamos en el coche y volvimos a casa. Una vez allí, me metí a la habitación y me tumbé en la cama. Ahora que caía, estábamos a 3 de octubre, ¿habría venido ya Álex? No sabía nada de él. Podía llamarle. Cogí el móvil y marqué el número. Esperé durante unos segundos hasta que alguien contestó.

Álex: ¿Quién?
Yo: Soy Marina.
Álex: Aah, hola.
Yo: Hola.
Álex: Dime, ¿qué quieres?
Yo: ¿Has venido ya? Es que no sé nada de ti.
Álex: Ya, hace tiempo que no nos vemos.
Yo: ¿Has venido?
Álex: Sí.
Yo: ¿Y cuándo vamos a vernos?
Álex: Pues no sé…
Yo: ¿Mañana por la tarde?
Álex: ¡No! Quiero decir, que mañana no puedo…
Yo: ¿Por?
Álex: He, he quedado.
Yo: ¿Con quién?
Álex: Pues… Con un amigo.
Yo: Aah, bueno, pues ya hablaremos.
Álex: Sí. Venga adiós.

Y me colgó. ¿Qué había pasado? ¿Por qué me había hablado así? ¿Por qué había sido tan frío? No encontraba una explicación racional a su comportamiento, a no ser que… No, no podía ser.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta :)! quiero el siguiente :D

& Oye respecto a lo que me publicaste como no te deja? :S

Wendy. dijo...

¿Te gusta? Me alegro :D
Pues eso, que no me salen las letras... :$

Publicar un comentario