Capítulo 45 ~> Te necesito a mi lado.

Yo: No quiero irme a casa. (Susurré escondiendo la cabeza en su pecho.)
Álex: Tienes que irte. (Dijo él en otro susurro, acariciando mi pelo con dulzura.)
Yo: Lo sé, pero no quiero.
Álex: Mañana empiezan las vacaciones y podrás venirte conmigo todas las noches que quieras, ¿vale? Pero ahora debes irte a casa, bastante enfadada está ya tu madre…
Yo: Eso es cierto.
Álex: Vamos, sube a casa.

Asentí con desgana y me acerqué a él, con la intención de besarle. Él rozó mis labios y se separó.

Yo: ¿Qué pasa, que se te ha olvidado cómo se besa?
Álex: No, sé hacerlo y además se me da genial.
Yo: ¿Entonces? (Pregunté molesta.)
Álex: Me encanta hacerte enfadar. (Respondió sonriendo.)
Yo: ¿Ah sí? (Dije enfadada.)
Álex: Sí, estás preciosa cuando te enfadas.
Yo: Idiota. (Dije sin moverme de donde estaba.)
Álex: Bésame. (Añadió él de pronto, mirándome a los ojos y acercándose más a mí.)
Yo: No quiero. (Intenté decirlo con convicción, sin embargo noté como me temblaba la voz. Él sonrió, mostrándome así sus perfectos dientes.)
Álex: Te creo, pero el hecho de que no quieras no influye mucho. Tú sólo bésame.

Me quedé ahí quieta, esperando a que él se acercara un poco, solo unos míseros centímetros. Instantes después, él posó sus labios sobre los míos y me agarró de la cintura, atrayéndome más hacia sí. Cuando me alejé de él me costaba respirar. Avancé un paso y cogí mi vestido de su moto. Él me miró en silencio sonriendo. Abrí la puerta de mi edificio tras despedirme de Álex con un dulce buenas noches. Subí  a mi casa y me encerré en mi habitación. Colgué el precioso vestido rosa en una percha y le observé en silencio. Me tumbé en la cama y me quedé dormida. Desperté con los primeros rayos de sol y di miles de vueltas en la cama, intentando volver a dormirme. Derrotada, me levanté y me vestí. Fui al instituto y como normalmente, el día pasó sin incidentes. Llamé a Álex para que no viniera a recogerme, ya que había algo que quería hacer. A la hora de la salida, esperé sentada en un banco a que saliera. Vi como bajaba las escaleras y me acerqué corriendo.  

Yo: ¡Hola! (Dije con mi mejor sonrisa.)
Sergio: Hola. (Respondió con sequedad.)
Yo: Lo siento por lo de ayer.
Sergio: ¿Por qué lo sientes? (Preguntó esperando con ansiedad mi respuesta.)
Yo: Siento no haber ido a la clase.
Sergio: Podrías haberme llamado si no ibas a venir.
Yo: No me di cuenta.
Sergio: Esperé como un tonto más de dos horas.
Yo: Lo siento.
Sergio: No importa. (Respondió y siguió andando.)

Le miré y sus ojos me lo confirmaron. Sí que le importaba, sí que le dolía…

Yo: No, no da igual.
Sergio: Es que… (No terminó la frase. Se paró y me miró a los ojos.)
Yo: ¿Qué?
Sergio: Que, joder, me siento como un idiota.
Yo: Ya te he dicho que lo siento.
Sergio: Vale.

Una lágrima comenzó a bajar por mi mejilla.

Sergio: No llores, por favor.
Yo: Es que…
Sergio: ¿Qué?
Yo: No aguanto que te enfades conmigo. No puedo, en serio.
Sergio: No estoy enfadado, no puedo enfadarme contigo.

Me sequé las lágrimas con la chaqueta y le miré fijamente.

Yo: Yo… A veces no te lo demuestro, pero eres una persona muy importante en mi vida.
Sergio: Tú no eres importante, eres imprescindible y te necesito a mi lado.

Sonreí.

Sergio: Lo digo en serio.
Yo: Lo sé. Tengo que irme…
Sergio: Pues hasta esta noche.
Yo: Adiós Sergio.

Comencé a andar, pero me giré y le miré.

Yo: Sergio (Grité.)
Sergio: ¿Qué?
Yo: Practica, porque esta noche tienes que bailar conmigo.

Él sonrió de oreja a oreja.

Sergio: Estaré encantado.

Después de echarle un último vistazo, eché a andar. Pronto llegué y subí a mi casa. Comí lo más deprisa que pude y me metí a la ducha. Una hora después, salí del baño, con el pelo lavado y secado. Encendí las tenazas y saqué la bolsa del maquillaje. Me peiné y me puse toda la ropa, menos los zapatos. Demasiado pronto para llevar los tacones. Me maquillé y me pinté las uñas. Fui al armario de mi madre y cogí su perfume. Me rocié con Channel nº 5 impregnando así mi ropa con ese dulce olor. Llamaron de pronto al timbre y pegué un bote. Cogí los zapatos y me los coloqué en los pies con rapidez. Abrí la puerta y salí corriendo de casa. Llamé al ascensor y mientras bajaba me pinté los labios. Guardé el pintalabios en el bolso y salí a la calle. En medio de la calle, había un descapotable azul eléctrico y Álex, con un traje negro, una camisa blanca y una pajarita; me esperaba sonriendo apoyado en él. Me acerqué con timidez mientras él extendía su mano. La agarré con suavidad y él me hizo girar, haciendo así que me vestido se levantara levemente.

Álex: ¿Te he dicho ya lo sumamente preciosa que vas?
Yo: No, aún no. (Respondí sonriendo.)
Álex: Ah, bueno… Pues te lo digo ahora. (Se acercó a mi oído y dijo las siguientes palabras en un susurro.) Estás más que preciosa, estás más que increíble, estás más que perfecta… Simplemente, me has dejado sin palabras.
Yo: Tú tampoco estás nada mal.
Álex: Marina, no seas boba. Tú hoy me dejas en ridículo.

Sonreí con timidez.

Yo: ¿No has traído la moto? (Dije desviando le tema de la conversación.)
Álex: No, pensé que si te habías peinado y todo eso, no te apetecería mucho ir en moto. Te despeinarías. Así irás más cómoda.
Yo: Piensas en todo.
Álex: No, sólo pienso en ti…

5 comentarios:

Mónica. dijo...

Ooouuchhh :) Mass liindos que sonn (LL.*
Me encantó este capiituloo, muy bonitooo :D
Besiitoss^^ (L).

Jessica dijo...

Subidoo nuevoo capitulo! :)

AE dijo...

Oh meencantaa !! jiji aber si ataca sergio !! jajajaa que ataque ! jajajaa aunque por lo menos ya Alex me cae un poquito mejor ;) jajaja.
besooooosss !!!

Wendy. dijo...

Jajajajaja, este no es una de mis obras maestras, la verdad :/
Quedan 3 capítulo :D
Ahora mismo subo el siguiente.

AE dijo...

Necesitoo yaaa el proximooo !!!! jajajaja

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