Sinopsis.

Cientos de recuerdos revolotean a mi alrededor. Cientos de promesas rotas. Llevo años intentando huir de ellos, intentando expulsarlos de mi cabeza, pero parecen tan recientes, como si hubieran ocurrido hace apenas unos días, que me resulta imposible.
En realidad han pasado más de tres años, pero desde aquel día, para mí es como si no pasara el tiempo…
Por la mañana, en el instituto, todo va bien, pero cuando llega la tarde, mi mundo se para, se detiene. Las lágrimas caen lentamente de mis ojos, mientras miro a través del cristal de esa ventana, que tanto tiempo lleva cerrada. Miro a todas partes sin prestar atención a ninguna de las cosas que me rodean. Parpadeo con fuerza y seco con la manga de la chaqueta las pequeñas lágrimas que pasean por mi mejilla. Cierro los ojos y suspiro.
Es triste no recordar su voz, esa que tantas veces me ha susurrado palabras al oído y que ahora es un vago recuerdo encerrado en un cajón, junto con todas las cosas que me recuerdan a él. Me esfuerzo por no abrirlo pero muchas veces, cuando saco la caja que escondo debajo de mi cama y observo sus fotos siento como el mundo se me cae encima. Después de llorar desesperadamente, vuelvo a cerrarla y a encerrar en ella sus recuerdos. Lo más duro es que por mucho que intente evitarlo, hay algo que me perfora el pecho, destruyéndome por dentro y robándome día a día las ganas de vivir. Llevo demasiado tiempo intentando echarle de mi corazón, pero no soy capaz de conseguirlo, solo consigo agrandar más y más la herida. Así que aquí sigo, atrapada en su recuerdo.