Capítulo 8. El mayor error de mi vida.

Llegamos a una gran ciudad y nos unimos a los miles de transportes que la recorren, formando parte de ese lugar por unas cuantas horas. Avanzamos por las calles, con el motor rugiendo bajo nosotros y a una velocidad increíblemente alta. Pronto Derek detiene la moto.
-Ven conmigo- me pide él cuando bajo de la moto, pero sin que me dé tiempo a responderle, agarra mi mano con fuerza y comienza a andar a grandes pasos por la calle, arrastrándome tras él. Se para frente a la puerta de una casa y, después de dedicarme una amplia sonrisa, llama al timbre.
Un hombre alto y robusto nos abre la puerta. Su pelo es oscuro, cubierto parcialmente por espesas canas. Sin embargo, sus ojos azules muestran que tiene un espíritu libre, alumbrado por una llama de juventud que le hace parecer bastante más joven de lo que debe ser.
-¡Derek! ¿Qué haces aquí?- dice aquel hombre sonriendo.
Estrecha con fuerza la mano de Derek y le da una fuerte palmada en la espalda, que suena como si le hubiera caído una losa encima pero que a él no parece afectarle.
-Pues ya ves tío Michael, venir a verte- responde Derek con otra sonrisa.
-Eso está muy bien- murmura con alegría-. Bueno, y ¿quién es esta señorita?- pregunta posando sus ojos en mí y esbozando una sonrisa.
-Soy Allie Moore- respondo con timidez.
-Ah, tú eres Allie...-dice con una naturalidad increíble, que haría a cualquiera pensar que me conoce de toda la vida- Derek solía hablar mucho de ti, ¿no es así?- pregunta a su sobrino quien me mira sin saber bien qué decir.
Yo abro los ojos como platos y presto atención, pues la respuesta a esa pregunta me interesa bastante. Derek carraspea unos segundos y luego responde.
-Sí, mucho.
Michael me observa y sonríe.
-Es un honor conocerte al fin- murmura sin dejar de mirarme.
Yo hago una mueca y asiento, mientras trato de fingir que no estoy asombrada.
-Pasad a dentro, hombre. No os quedéis en la puerta- dice de pronto.
Derek me sonríe, transmitiéndome confianza, y sin decir nada entramos a la casa.
-¿Os vais a quedar a comer?-pregunta con entusiasmo esperando un sí por respuesta.
-¿Quieres?- me pregunta Derek.
-¿Por qué no?- digo intentando sonreír.
-Pues voy a preparar la comida. Subios a tu habitación, Derek.
Él asiente y se dirige a las escaleras de madera, cubiertas por una gruesa alfombra de tonos cobrizos.
Se detiene en el primer escalón y posa sus ojos almendrados en los míos. Yo avanzo unos pasos hasta llegar a las escaleras y comienzo a subir. Él me sigue a poca distancia mientras yo intento que mis piernas dejen de temblar, pero no soy capaz de conseguirlo. Al contrario, con cada paso que doy tiemblo más, y todo por la simple y estúpida razón de que oigo sus pasos detrás de mí.
Llego al piso de arriba y me detengo. No sé qué habitación es, así que espero a que Derek suba.
-Segunda puerta a la derecha... y todo recto hacia el amanecer- dice cuando llega al último escalón.
Yo le miro enarcando las cejas y él me sonríe. Acto seguido, me dirijo al lugar que me ha indicado y abro la puerta. Entro a la habitación, que resulta ser un absoluto reflejo de él. Las paredes son azules y los mueles de madera de roble. Una de las puertas del armario está abierta, permitiéndome comprobar que no sabe doblar la ropa, y la cama no está hecha. En un lado de la estancia hay una gran ventana que da a un parque.
Me acerco con lentitud y observo con detenimiento. Las hojas de los árboles bailan al son del viento, vacilando con desprenderse de las ramas en algún momento, y caer al suelo.
-Es un sitio bonito. Sentarse en esos bancos y poner la mente en blanco te hace sentir bien. Solía ir allí antes, cuando aún vivía aquí con mi tío- dice Derek, haciendo que abandone mis ensoñaciones con hojas bailarinas.
Le miro con disimulo y veo como sus ojos andan perdidos entre los árboles, pensando en algo que desconozco.
-Derek- me mira-, ¿qué has hecho estos tres años?
-He estado aquí, ya lo sabes- responde confundido.
-Sí, sé que estuviste aquí un tiempo. Pero sé que eso no es lo único que has hecho en este tiempo. Me has contado solo un parte. además, me dijiste que estuviste aquí dos años y han pasado más de tres. ¿Qué has estado haciendo durante el año que falta?- añado mirándole de forma inquisitiva.
-¿Que qué hice en el año que falta?- repite él. Yo asiento con suavidad- No querrías saberlo- musita y, tras mirarme unos fugaces segundos, baja la cabeza.
-Quiero saberlo.
-No, no quieres...
-Derke, por favor. Dime verdades enteras. No me cuentes medias verdades, ocultas con mentiras.
Él me mira y después de unos minutos de silencio, se decide a hablar.
-Está bien, seré sincero contigo. Recordaré ese año y te contaré todo lo que quieras saber.
-Adelante.
-A ver, ¿nunca que te ha pasado que tú te has ido pero tu corazón se ha quedado?- me mira con firmeza y yo sostengo su mirada- Pues eso fue lo que me pasó a mí aquella noche en la que me alejé de la persona a la que más quería. Esa noche en la que me monté en mi moto y me fui, cometiendo así el mayor error de mi vida.

2 comentarios:

Valery dijo...

oh dios mío, oh dios mío. si allie no va a por derek, que se despida de él, PORQUE VALERY HA LLEGADO!! oh my goood <3

Wendy. dijo...

Jajajaja, pues ya ves. Si hubieras más de esos... :)

Publicar un comentario