Capítulo 9. Mirando por la ventana.

-Eso ya lo sé- digo yo con calma.
-De acuerdo... He vivido aquí con mi tío, la mayor parte del tiempo. Pero tienes razón cuando dices que no ha sido siempre. Ha habido momentos, sobre todo al principio, en los que mi vida ha estado tan vacía que he necesitado alejarme de todo.
-¿Vacía?- pregunto confundida. Él asiente y sigue hablando.
-Si te soy sincero, al principio fue un infierno. La primera noche no sabía qué hacer ni a dónde ir. Así que cogí mi moto y conduje durante horas, hasta llegar aquí. Mi tío me acogió con los brazos abiertos, pero a mis padres no les hizo mucha gracia. Querían que volviera a casa, pero yo me negué rotundamente.
-¿Pasó algo que te hiciera negarte?
-Una pelea tonta, no fue nada...- yo asiento- Pero eso no es lo que me interesa que sepas. Los días aquí pasaban lentamente. Todas las tardes bajaba a ese parque de ahí y me sentaba en aquel banco- señala el más cercano a la ventana y retoma su relato-. Era agradable que la brisa me diera de golpe en la cara y me ventilara la cabeza. Hacía tiempo que no la usaba aparte de para estudiar, claro está.
-Derek, ¿tú estudiando?
-Sí- responde con una sonrisa-, mi tío me matriculó en el instituto y decidí no crearme una mala fama demasiado pronto.
-¿Funcionó?- pregunto interesada.
-No, el primer día todos los profesores ya conocían mi nombre- afirma con una sonrisa-. Pero luego conforme el curso fue avanzando senté la cabeza. Saqué un diez en álgebra, aunque ya sabes que siempre ha sido mi fuerte.
-Tú y las matemáticas. Créeme, no sé cómo se te pueden dar tan bien...
-Son fáciles.
-Para ti.
Derek esboza una amplia sonrisa y se deja caer sobre la cama. Golpea el colchón con suavidad, invitándome a sentarme a su lado. Yo me acerco y me siento.
-No te imaginas lo mucho que te eché de menos.
-Me lo imagino.
-Hace más de seis meses que me fui de aquí- dice con la vista fija en el techo.
-¿Y dónde estuviste?
-En tu jardín, mirando por la ventana.
Le miro asombrada por su broma, pero extrañamente él no se ríe, ni si quiera sonríe.
-Lo digo en serio. He pasado muchas noches observándote mientras dormías y has de saber que luces realmente hermosa.
-¿Me espiabas?- le ataco fingiendo sentirme ofendida.
-Por supuesto- responde con naturalidad.
Yo le miro con cuidado, tratando de descubrir qué pasa por su cabeza.
-¿Puedes seguir con el relato, por favor?- pregunto curiosa, deseando que no se interrumpa.

~Esta noche, en unas dos horas el siguiente.
Muchos besos dulces :3

1 comentario:

Laura. dijo...

Jo.. ya estamos otro capítulo perfecto sin comentarios. Bueno pues ¡aquí estoy yo para darle un poco de alegría a esto!
Increíble Wendy, tu te tienes que dedicar a esto... yo me veo con un libro tuyo y con otro de Mel entre las manos después de mucho buscar porque están todos agotados del éxito. Me pongo seria, me están llenando muchísimo más vuestras historias, que muchos libros que he leído durante mi vida. Me he enamorado de vuestros personajes antes que de algún actor guapísimo que interpreta el papel de romántico empedernido. En serio es una pasada...
Sigue así, porque me encanta, bueno a mi y a todos los que te siguen, claro está.
Un besaazo:))

Publicar un comentario