'Atrapada en tu recuerdo'


Tal vez me equivoque negándote aquel te quiero.
Y tal vez tu te equivocaste también, saliendo por esa puerta y dejando tras de ti un camino de promesas incumplidas. Puede que los dos nos equivocásemos fingiendo aceptar que nuestro amor fue solo una ilusión, creada por dos personas que no estaban destinadas a estar juntas.
Pero dime, ¿cuantas veces has recordado mis besos en el cuello? ¿Cuantas veces has llorado en silencio pensando en mi sonrisa? ¿Cuantas veces te has despertado a media noche gritando mi nombre? ¿Cuantas noches has soñado que seguías a mi lado, aun? ¿Cuantas veces has querido echar a correr y venir en mi busca? ¿Cuantas veces has murmurado un te quiero insonoro, imaginando que yo estaba en frente de ti y te respondía con un yo también y una sonrisa sincera? Dime, ¿cuantas?
Y no, no me preguntes cuantas veces lo he hecho yo, porque he acabado por odiarme a mi misma por haberte dejado ir, de tanto recordar lo suaves que eran tus manos, lo dulces que eran tus besos, y cuanto amaba el olor que desprendías por las mañanas. Y eso no significa que lo haya hecho todos los días desde que te marchaste, porque no lo he hecho, o al menos, si así ha sido no lo recuerdo.
Significa que cometimos algún error. Significa que dejamos algo al azar, y que puede que ese azar se haya vuelto contra nosotros, impidiéndonos olvidar el nombre del otro. Porque, creeme, lo he intentado todo pero sigo sintiendo un vacío en el pecho y un nudo en el estomago que me acompaña desde que te esfumaste de mi vida con la misma facilidad con la que el agua de la lluvia borro nuestros nombres escritos a tiza en el techo de aquel edificio.
¿Has podido tu borrar mi nombre o sigues llevando aquel collar que lo contenía? No se lo digas a nadie, pero yo sigo llevando el collar con tu nombre. No he sido capaz de quitármelo, ni creo que vaya a serlo. Puede que tu ya no lo lleves, o que lo hayas perdido, y que yo, como siempre, solo este siendo una ilusa que sigue atrapada en el pasado. No he cambiado mucho, como ves. Sigo sonriendo al ver caer las hojas en otoño. Aun me duermo en la ventana, con la diferencia de que ahora cuando despierto, sigo en la ventana, pues nadie me lleva en brazos a la cama como hacías tu antes de irte. ¿Llevas ahora a alguien en brazos hasta la cama? Sigo saliendo a pasear al amanecer y llevando el pelo recogido incluso en los momentos mas importantes y elegantes.
Puede que tu si que hayas cambiado, aunque seguro que estas tan guapo como antes, y que tus ojos siguen desprendiendo esa luz mágica que los caracterizaba.
Estoy convencida, nos equivocamos. Y aun así te sigo queriendo con la misma fuerza que el primer día y puede ser, solo tal vez, que tu me quieras a mi de la misma manera. Pero, ¿que podría cambiar eso?
Ya no hay marcha atrás, no hay segundas oportunidades ni ningún quizás o tal vez que pueda cambiar el hecho de que me perdiste, y yo te perdí.
Final  de nuestro cuento de hadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hole. Me gusta la idea pero no le pega el estilo a diario de película romántica. Pero es lo que a mí me transmite. un abrazo.

Publicar un comentario