#04. Huir de lo que no quieres revivir.


Pulsó la tecla que finalizaba la llamada y dejó el móvil sobre la mesa.
-Dice que está ocupada.
Paula sonrió.
-Yo diría, más bien, que está con Jorge.
-Con el mismo Jorge que la ha estado evitando durante meses y no ha sido siquiera capaz de confesarle el motivo, ¿no?
Ella le miró fijamente y esbozó una débil sonrisa.
-Sí, pero…
Un camarero de estatura media y ojos claros se detuvo junto a la mesa, con una libreta y un bolígrafo en las manos, y posó sus ojos en ellos. Paula calló de inmediato y se irguió en la silla e Iván se dispuso a pedir mientras la puerta del local abría paso a una deslumbrante chica de pelo negro y brillante, y piernas kilométricas. Como era de esperar, todos los hombres del restaurante se giraron a observarla caminar con decisión, todos menos Iván, que bajó la cabeza de golpe, se puso completamente tenso y fijó la mirada un punto cualquiera de la mesa de madera.

Clara se había marchado hacía apenas unos minutos y él seguía tumbando sobre la cama, con los ojos abiertos puestos en el techo de su habitación.
La estancia completa olía a ella, a su perfume floral de rosa y jazmín, y el suave aire primaveral que entraba por la ventana no hacía más que agravar el dulce olor. Esto le aturdía y le hacía perder la compostura, ¿cómo iba a dejar de pensar en ella si aunque se fuera, su olor no abandonaba la habitación?
Tras respirar profundamente repetidas veces, se levantó y se dirigió a la cocina. La puerta estaba abierta y no había nadie en ella. Abrió el frigo, cogió una lata de Coca Cola y se sentó sobre la encimera.
No podía sacarla de su cabeza o, tal vez, no quería sacarla de su cabeza. ‘Es solo cuestión de tiempo’, se dijo. Pero sabía que no era cierto. Los tres últimos meses había tratado de alejarse de ella y solo había conseguido desearla más y más por momentos.
Y por supuesto, lo ocurrido aquella tarde lo cambiaba todo. La había besado, demasiadas veces, y ahora necesitaba volver a hacerlo. Pero no podía. No se podía permitir ser débil. Aunque, ¿de qué le servía intentar alejarla de él, si cuando volviera a verla sonreír no iba a ser capaz de contenerse y se iba a abalanzar sobre ella, como había hecho aquella tarde?
Con un resoplido de indignación y desesperación se asomó a la ventana que daba a la calle y dejó que la luz del sol le diera en la cara.

Era preciosa. Tenía unos ojos azules y risueños perfectamente maquillados con lápiz negro, unos labios carnosos perfilados con un rojo carmín y una nariz invadida por diminutas pecas que la hacían parecer una niña demasiado mayor.
Ante su increíble belleza, Paula se sintió pequeña y común, con su pelo dorado y sus ojos verdes. Y perdió toda confianza en sí misma, hasta tal punto que estuvo a punto de levantarse de la silla y salir corriendo de aquel lugar. Pero, al ver como Iván apretaba los puños con fuerza sobre la mesa, su reciente descenso de autoestima perdió importancia.
Indicó con un gesto al camarero que se marchara, y se acercó a él.
-Ey, ¿qué ocurre?- susurró.
Iván sacudió la cabeza, dando a entender que no iba responder, y aunque Paula no pensaba rendirse tan fácilmente, cedió.
-¿Quieres que nos vayamos?
Él asintió suavemente. Ella sonrió y le ofreció una delicada mano, que él aceptó y no soltó hasta que hubieron salido del restaurante. 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso, precioso, precioso. Próximo capítulo, YAAAA. Por favor, soy adicta a esta historia.

Sonia dijo...

Cada vez me gusta más, buf, sube pronto por favor :) ¡Un beso!

Wendy. dijo...

Gracias, gracias, gracias a las dos :)
Esta tarde, subo el siguiente, cielos.

Laura. dijo...

¿Ejem? Te voy a contar un cuento.
'Érase una vez una chica que vivía en a saber dónde y que lo único que sabemos de ella es que tiene un gran futuro por delante.
Se podría decir que en un universo paralelo, sus historias, sus entradas, y ella no valen nada, pero en este mundo, en esta vida y en esta realidad las que las leemos sabemos que algún día si persiste y no se rinde tendremos algún libro suyo entre nuestras manos, porque sí, porque ella lo vale, porque se lo merece, y porque todo lo que escribe llega lo suficiente como para pensar que no solo es una buenísima escritora sino también una increíble persona.'
JOJOJO. ¿Te gusta a que sí? Pues llámame pelota, incrédula, idiota lo que quieras porque cuando yo te leo pienso esto y nunca me cansaré de decírtelo así que, a joderse y a leerme cuantas veces quiera comentarlo, jé.
En serio, cuando escribes llegas, no sé si es por tu manera de profundizar (hablo en general por todas las entradas) de plasmar sentimientos, la definición de los personajes, la ambientación, todo. Es todo en general lo que te hace olvidarte para centrarte en lo que estás leyendo, enserio estoy segura, no, lo siguiente de que vas a llegar lejos, porque para mi con cada nueva entrada que escribes (por corta que sea) ya has dado un paso y estás más cerca de conseguirlo.
Miles de besos.

AE dijo...

Me encanta me encanta me encanta !!!! escribe pronto el siguiente capítulo, ya me e enganchado a tu historia como de costumbre xD :)

Ali dijo...

Dios mio, acabo de encontrar tu blog en el de Laura y me he quedado impresionada. Escribes genial, y me encanta la historia!! Sigue publicando por favor, y si quieres pásate por mi blog :)
un besazo

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